viernes, 24 de octubre de 2008

UN SUEÑO REAL

Santiago López tenía una vida singular, vivía con su abuela desde los ocho años cuando sus padres murieron en un accidente automovilístico. Era un chico de pocos amigos ya que le costaba mucho adaptarse y siempre estaba solo. Muy estudioso, amaba la ciencia y soñaba con trabajar en la NASA. Cada día se levantaba a las ocho de la mañana, desayunaba con la abuela, planificaba su día y estudiaba.

A los veinticuatro años ya se había recibido de Ingeniero Físico, estaba a punto de terminar la especialización en Ingeniería Espacial y Aeronáutica y había enviado la solicitud para ingresar a la NASA. Sin embargo a Santiago no todo le iba tan bien: la parte social era su lado débil ya que le costaba hablar con las chicas debido a su timidez. Hasta que un día conoció a Lucía, una chica alta, de piel morena y ojos verdes, que enseguida lo cautivó con la mirada. Ella también sentía algo por él, salieron y en la primera cita se dieron cuenta que se parecían en muchas cosas y hasta compartían los mismos gustos…

Al poco tiempo la abuela murió. La vida del joven dio un vuelco: la única mujer que lo había cuidado de chiquito ahora seguía el camino de sus padres. Fue así que tomó la decisión de irse a vivir con Lucía. El departamento de ella era chiquito; pero estaba bien para ellos dos, tenía un ambiente acogedor y un aroma muy particular… Sin embargo esto no era suficiente, a veces sentía el vacío, tantas pérdidas, los recuerdos, el sueño de toda su infancia de trabajar en la NASA.

Como una respuesta a sus deseos, una tarde recibió una carta en la que le informaban que había obtenido una beca para continuar sus estudios en Estados Unidos y luego poder seguir la carrera tan anhelada allá. En ese momento sintió una alegría inmensa pero también dolor porque sabía que si aceptaba podría alejarse de Lucía. Decidió hablar con ella y pedirle que lo acompañara en su sueño.

Al mes ya estaban instalados en California y Santiago se preparaba para dar el último paso y rendir los exámenes. A los pocos días recibió una citación en la que se le indicaba que el trabajo era suyo y que debía presentarse en la NASA para que el supervisor general le indicara sus funciones.

Pronto, debido a su capacidad, fue incluido en un nuevo e increíble proyecto, viajar a Venus. Así se convirtió en el primer argentino en viajar al espacio.

Kevin Szusterman

3ro.2da. (TT)


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