domingo, 5 de octubre de 2008

EL ANILLO DE COMPROMISO

Todo comenzó el 25 de agosto de este año, o mejor dicho todo terminó aquel día. Yo estaba muy emocionado planeando la situación paso a paso para que todo saliera perfecto.

Durante el tiempo que compartimos fueron muchas las personas que trataron se separarnos, no sé si por celos o por envidia; pero nada hizo que nuestro amor terminara excepto ese maldito día.

Debo admitir que estaba perdidamente enamorado y por ahí fue eso que me hizo ciego frente a determinadas situaciones y hechos. También debo admitir que no quise que nos separaran y seguí como si nada hubiese pasado. Yo creía que ella era mi todo, mi mitad, mi sostén.

Éramos compañeros y esa misma tarde la invité a mi casa porque últimamente había pedido unos días de licencia en el trabajo por enfermedad y esto había hecho que tuviéramos poco tiempo para compartir. Además quería darle un anillo que le había comprado esa misma mañana, con emoción, al recordar esos momentos tan lindos que pasábamos juntos. Sería un compromiso, algo que sellaría nuestro amor

Cuando ella vino no me dio tiempo de decirle nada, lo primero que me dijo era que quería hablar conmigo. Su cara lo decía todo, aunque lo único que escuché de su boca fueron excusas. Mis ojos se llenaron de lágrimas y apareció un nudo en mi garganta que me impidió hablar. Me había dejado, la relación estaba rota justamente el 25 de agosto, el día que cumplíamos tres años de novios. No podía reaccionar. Una vez que se fue, y pensando que quizá sería ese el último día que la vería a mi lado comencé a llorar, alocadamente, como nunca, no entendía el por qué de la separación, solo sentía ganas de morirme.

A las tres semanas el dolor que sentía era tan fuerte que hice lo primero que se me ocurrió, llené la bañera con agua, entré a la misma y me corté las venas, no más de 10 minutos… y todo terminó

Desde acá entiendo todo, ella está con otro, nos sé si lo quiere; pero de lo que estoy seguro es que él no la ama como yo lo hice, y también sé que hay algo que los va a unir parar siempre: un bebé. Ahora entiendo por qué usaba cosas más grandes que lo normal, sus nauseas, sus dolores, su licencia y tantas otras cosas.

Es por eso que desde acá arriba lamento, aunque sólo sea por recuperar algo, no haber publicado un aviso clasificado con el siguiente mensaje: Vendo anillo de compromiso sin uso…

Ailén Tundis

5to.2da. (TM)

No hay comentarios.: