lunes, 24 de noviembre de 2008

NUESTRO FIN DE SEMANA


Argumento:

Raúl invita a un grupo de amigos a pasar un fin de semana en su casa. Ha preparado cuidadosamente todo para que esos dos días resulten divertidos, para que todos se sientan cómodos y participen de un clima de alegría. Pero la reunión se va deslizando por carriles no siempre previstos (como las discusiones que amenazan quebrar el clima festivo o la postergada presencia de uno de los invitados), y finalizará antes de lo planeado por Raúl y sin que éste haya logrado sus propósitos.

Entre esa tarde del sábado y el anochecer del domingo siguiente nada relevante va a ocurrir. En realidad se suceden diversas situaciones en que los personajes de sienten más que nada incómodos, como cuando Daniel y Alicia discuten, cuando Raúl vuelve borracho, cuando Sara se pone a llorar por la situación con sus suegros o cuando Raúl se entera de que el negocio fracasó.

El fluir temporal:

Hay dos instancias por considerar en el tratamiento del tiempo en la pieza:

a) El tiempo físico, que aparece explicitado en ese detallado fluir de los acontecimientos. Cada escena indica con precisión el paso de las horas: a las cuatro de la tarde; antes de la cena, a las ocho de la noche; después de la cena, a las once de la noche; a la madrugada, después de la una; a la mañana, después de las once; la siesta, después de las cuatro de la tarde; el crepúsculo, después de las seis.

Esta manera de ceñir la acción a un lapso muy limitado, presentándola casi a partir del conflicto, es uno de los rasgos que han llevado a caracterizar a la dramaturgia del 60 dentro de lo que se conoce como naturalismo.

b) El pasado, como un ámbito seguro hacia el que vuelven algunos personajes, es uno de los recursos mejor utilizados por el autor. El hecho se patentiza en Elvira, quien se remite continuamente a sucesos de su juventud, explicitando de esta manera su incapacidad de afrontar el presente. Pero también Raúl y Daniel acuden al pasado en busca de pocos momentos de comunicación que parecen haber compartido (repiten en varias oportunidades la anécdota de Pedrito, un momento de mucha alegría para ambos, y aparentemente, la única anécdota en común.

Los Personajes: Seres en crisis

Durante el relato, es notable que los personajes no luchan, no se defienden, no son vencidos; simplemente se someten, se van a pique lentamente, son sumidos por la ruina de su vida sin acontecimientos y sin esperanzas. Soportan sus circunstancias con paciencia; su vida se consume no en forma de catástrofes, sino como desilusiones.

También en acciones rutinarias conocemos a los personajes de Cossa: Beatriz, entregada continuamente a los preparativos de la reunión; Daniel, bebiendo sin cansancio; Raúl y Elvira, recordando anécdotas del pasado; Jorge, en todas las acciones de su existencia opaca.

Sus vidas aparecen carentes de acontecimientos destacados, se deslizan sin esperanzas, como la de Sara, o frustradas en sus tentativas de cambio, como ocurre con Raúl. Son seres solitarios, que sienten el vacío de sus vidas, aunque a veces lo esconden en evasiones o falsos optimismos. Algunos personajes llegan a explicitar sus problemas y desesperanza como Elvira, Raúl o Beatriz.

Otros personajes se apartan de las concepciones vitales de Raúl y Daniel, y juegan situaciones distintas (Carlos), o se los margina (Jorge). Carlos es el que siempre está distante de las acciones, el que nunca se integra demasiado porque no participa de los intereses ni ambiciones de los otros.

El mundo femenino, separado del otro en más de un sentido (conversaciones, intereses, incluso salidas que se proponen), también esconde soledad y tensiones. Ya hemos visto de qué manera plantea Elvira sus problemas.

Todos estos elementos caracterizadores de los personajes van a manejar en la acción dramática diversas interrelaciones conflictivas y variadas evasiones hacia el mundo material.

Los Conflictos:

Carlos y Daniel son dos personajes que aparecen como claros representantes de dos posturas vitales antagónicas. Un ejemplo de ambas actitudes lo tenemos en el diálogo en que hablan del trabajo, y Carlos prefiere un trabajo en el que paguen poco y no haya mucho por hacer, mientras que Daniel le dice que así no llegará a ningún lado.

Por otro lado la comunicación entre los integrantes del grupo (Jorge, Sara, Daniel y Alicia), se visualiza en la interacción de estos personajes. Así las escenas jugadas por cada una de las parejas acentuarán la tensión que se va imponiendo como clima de la fiesta.

Y por último, en una de las escenas, se visualiza que por primera vez, Carlos renuncia a su alejamiento habitual y desnuda su intimidad al hablar con Alicia. Por primera vez también, dos personajes descubren una solución en común. En la última escena, cuando Carlos, que ya ha decidido irse, hace un último intento por establecer un lazo afectivo, la tensión máxima de las actitudes muestra el conflicto en que se debaten.

Análisis:

Nuestro Fin de Semana se podía definir como un cuadro de costumbres de un grupo de clase media, minuciosamente retratado a través de un lenguaje simple, coloquial, que refleja cotidianos modos de actuar y de pensar.

En el relato, se puede denotar que existe un fantasioso sueño de alcanzar una mejor posición económica. Se suceden diversas situaciones que indican que este matrimonio de clase media priorizaba el vivir día a día y pasar momentos gratos con sus amistades, pero aún así querían lograr una posición estable en cuanto a los ingresos monetarios.

Melanie Ramos Alma – Julieta Roseto- Ailén Tundis – 5to. 2da. (TM)

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